domingo, 30 de septiembre de 2012

1947-2012 Crisis no



México es el inverosímil general, en él se han soltado todos los vicios y su cancerosa sociedad sigue adelante. Han pasado 75 años dese que se publicó “La crisis de México” texto de Daniel Cosío Villegas, y las cosas se parecen mucho.
Lo que en este texto se menciona es un balde de agua fría, es realidad y desesperanza mescladas en iguales proporciones; pero es un baño merecido, que expone de manera crítica como nos hemos dejado llevar por un sistema de corrupción que promueve las injusticias y castiga el trabajo con yugos ignorancia.
Tenemos gobernantes necrófilos, que permiten la muerte de millones de niños que viven en pobreza extrema, nos exprimen los esfuerzos del trabajo duro y no se paran a darnos una palmada de aliento, a decirnos tu trabajo vale y ayuda a tu país.
Ya una centuria pasó de la Revolución, y las ideologías, que Cosío marca como oxidadas en su época, ahora están estancadas irradiando una esencia pútrida que no permite a los ciudadanos respirar y seguir el camino.
Las Reformas Agrarias se ignoran y la mayoría de las hectáreas para cultivo tienen retrasos tecnológicos, está el caso del jitomate, al cual le ponen trabas para exportarlo a Estados Unidos; además de la fuerte dependencia que tenemos de otros países en la importación de granos.
La Reforma laboral, este fin de semana está aprobando leyes que fusilan las pocas libertades la revolución y los movimientos del 68 nos legaron, y aunque el pueblo se manifiesta en contra, simplemente los senadores miran en dirección contraria.
Crisis no es la palabra que describe a nuestra nación, porque si bien esta palabra evoca a la carencia también se refiere a un cambio, mutación, situación o momento. Y para momento ya llevamos 102 años y muchos rostros sentados en la silla presidencial y portando una banda, donde simbólicamente el rojo de la sangre mexicana ha permeado a la esperanza del verde y la paz del blanco.
Lo que vivimos se parece más a la ingravidez, todos los problemas pesan poco, los males ya no caen por su propio peso y las fuerzas de ciudadanos, que luchamos continuamente por mejorar a México, no avanzan. Nos movemos sin eje, sin rumbo.
Escondido en los últimos párrafos se entrevé que nuestro destino es terminar dominados por el tío Sam, lo extraño es que al pasar de los años ni siquiera será una bandera sino una corte de hombres ricos a los que les debemos hasta el aire que respiramos. México no es el único en este hoyo negro, faltaba más voltear a los que considerábamos los poderosos de Europa, y a todos nuestros hermanos latinos.
Solución a cuenta gotas será la de educar a nuestros círculos sociales y seguir empujando hasta derribar la pirámide. Porque sí algo se le agradece a la Revolución es ser ejemplo de que ningún mal dura eternamente, aunque pasen los años.

sábado, 22 de septiembre de 2012

No cabe ni un alfiler




México se unió con países de todo el mundo en el día mundial sin auto; una conmemoración que busca apoyar la movilidad urbana, disminuir la contaminación, fomentar la cultura del peatón, y promover el uso de transportes pro ambiente.
La investigación de #ElCocheNosCuesta subsidiada por la Embajada Inglesa en México, mostró en un estudio que el 30% de la población de la Ciudad de México usa el auto, mientras que el resto de la población nos transportamos en transporte colectivo, caminando o en vehículos no motorizados.
El número de vehículos en circulación es de 1.7 millones de automóviles particulares con placas del Distrito Federal  esto de acuerdo con los datos del Programa de Verificación Vehicular 2001; cabe mencionar que esta dependencia no ha dado nuevas cifras, y en su portal no aparecen sus datos de transparencia. Estos automóviles no circulan todo el tiempo, por lo que es necesario zonas de estacionamiento.
La Colonia Jardín Balbuena, es una de tantas en la Ciudad, que no se salva de este problema; los conductores han optado por tomar el metro en la estación Balbuena de la Línea 1, y dejar aparcados sus autos en la Avenida Anselmo de la Portilla.
Los días laborales, suele haber tantos autos que los mismos colonos no encuentran espacio para aparcar su auto frente a su casa. Algunos comercios terminaron poniendo botes en el pavimento para apartar sus lugares, afeando y poniendo en riesgo a otros transeúntes.
Además que algunos conductores, cerrando los ojos al reglamento de tránsito suelen estacionarse mordiendo ralla o de plano obstruyendo los pasos de peatón. Y si alguna grúa llega a remolcar alguno, se llevara una rechifla de aquellos conductores que van pasando.
Esta situación mejoraría para todas las partes si se respetan entradas y pasos de peatones; y si el querido conductor entiende que cuando ya no hay lugar basta moverse algunas calles o dejar el auto en casa. El que quiera respeto que se lo gane, pues la armonía en las calles empieza con armonía en el interior.
 

viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Amor verdadero?


En las noches donde la música y un buen café me acompañan suelo acordarme de que era es búsqueda de la pareja perfecta; cuantas cartas no escribí en la secundaria y cuantos cuentos no leí desde aún más pequeña, todos irradiaban fantasías.
Quería un príncipe, un Romeo, o tal vez un aventurero pirata, alguien que se arriesgara para buscar el diamante de mi corazón; échenle la culpa al cine, al teatro, a la poesía o incluso a esa bella estatua llamada “El Beso” que Rodan forjó en bronce.
Pero el romanticismo que soñaba, y espero muchos sueñen también, era solo un segmento, porque las buenas historia deben terminar y dejar paso a otras; pero en la vida real el amor verdadero no llega con el roce de los labios, tan cálido… no llega con el corazón sangrante y encajado en una daga…
Llega con los años, llega con los cuidados en tiempo de enfermedad, con las peleas por nada que terminan con apasionados encuentros; se disfruta en el café de la mañana y el transcurrir lento y glorioso de los día…







jueves, 6 de septiembre de 2012

Cosa del curador



El museo Franz Mayer alberga la exposición temporal del concurso World Press Photo 2011, donde se exhiben a los ganadores de este importante premio de fotoperiodismo, el jardín central sirve de recinto para la primer parte de la muestra.

Estos encuadres, ya habían aparecido y dado una ronda por todo el mundo, gracias a Internet; eran noticia no por su calidad, enfoque o emotividad, sino por el hecho periodístico que rodeaba los temas. Ahora se revelan al mundo con el valor que el arte fotográfico les confiere.

Las primeras imágenes, muestran foto-reportajes de corte naturalista, podemos apreciar cuabas ancestrales, rinocerontes y atunes, después observamos a personas en sus vidas cotidianas. Al finalizar la primera sección, tuve la apariencia de estar viajando en memorias, y observar cosas nuevas de las que mi mente se apropiaba con curiosidad, incluso me lleve de tarea mental investigar algunos datos más a fondo.

Pero la segunda sala fue totalmente diferente, no se sí el curador juntó las piezas con esa intención, o si alguien más percibió aquello; para mí, recorrer en imágenes las devastadas calles de Japón, después del tsunami, y después ir recorriendo las muestras de conflicto bélico de la primavera árabe; fue irme sumiendo en un fuerte sentimiento de desesperanza, tristeza y una fuerte empatía hacia los rostros de sufrimiento.

Tal vez esa era la intención del curador, mover las fibras sentimentales en los visitantes de forma premeditada. Simplemente en mí sigue ese sentimiento, usted puede dar un paseo por el museo y cambiar  la errada impresión que mi comentario le deja.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Travesura realizada, puerta cerrada


En la secundaría tomé el taller de Dibujo técnico, si bien me encantaba dibujar, mi profesora no hacía de mi clase la más entretenida.
Mis compañeros eran 10 hombres y sólo me acompañaba una chica, y como la mayoría de las chicas aprende justo antes de los 15, los hombres suelen ser fáciles de manipular.

Por eso me fue muy fácil convencerlos de evitar la clase; el plan era sencillo, bloquearían  el candado de la puerta con trozos de pasto y así nadie tendría que pasar las 2 horas de taller sentado en un banco duro frente a un restirador.
El plan fue exitoso, nadie delató a nadie y pasamos el rato jugando en las canchas de la escuela. Pero la profesora estaba tan molesta porque habíamos arruinado su candado que mandó a llamar a nuestros padres, claro después de comprar otro candado pagado por la sociedad de padres. La junta nos dio otras dos horas para desperdiciarlas en juego y rizas.
La mejor parte fue que los padres de todos los del grupo tampoco estaban contentos con el desempeño de la maestra; si bien a ellos no les hablaba feo, todos se quejaron por el costo de los materiales, por la excesiva carga de trabajo que nos ponía, por lo exigente que era en revisar la alineación de un polígono, y de lo inútil que era comprar espejos para un cubo.
Al final cerrar la puerta resultó mejor de lo que esperaba, pues una maestra que había sido de hierro para generaciones pasadas; tuvo que mejorar su tono y carácter conmigo y mis compañeros, haciendo de las horas de taller mas llevaderas.