Paseo de la Reforma es más que una avenida, en su nombre ya nos plantea
el icono perfecto para la renovación continua de la Ciudad.
Esta emblemática vía se la debemos al Emperador Maximiliano I de México,
para conmemorar a su esposa Carlota y conectar Palacio Nacional con Castillo de
Chapultepec. Más el nombre antiguo Paseo de la Emperatriz calló junto con su
cabeza. No así el proyecto de la avenida que resultaba muy útil.
El diseño original imitaba la avenida francesa Les Champs Élysées, se
deseaba que esta avenida fuera hermosa y representara el orgullo nacional;
incluso en la época del Porfiriato, se perdonó el predial para que se poblara
totalmente, exigiendo a las casas mantener jardines de ocho metros de fondo
cultivados.
Al igual que el resto del país la emblemática vía también cambio.
Después de 1957, el año en que un temblor de 8 grados en escala de Richter
derribó la Victoria Alada de la columna de la independencia y dañó muchas otras
casas de la zona, la avenida se modernizó a pasos acelerados. Y ni que decir en
1985, donde el terremoto funesto, obligó a los capitalinos a reconstruir la
imagen de Paseo de la Reforma.
Actualmente, con sus 2600 lotes, alberga monumentos, salas de concierto,
edificios de gobierno, museos, comercios, bancos, hoteles, plazas comerciales,
oficinas y viviendas. Es también una de las avenidas conflictivas en la Ciudad
en cuestión de transito; la razón se la debemos a las constantes
manifestaciones, festejos de algún logro deportivo en el Ángel, conciertos en
el Auditorio Nacional, paseos ciclistas, conciertos masivos, o a la simple
afluencia de automóviles.
Actualmente el jefe de gobierno Marcelo Ebrard ha puesto en
funcionamiento un programa para usar la bicicleta como medio de transporte en
la zona llamado Ecobici, que sin duda está creando conciencia ambiental en los
residentes.
Aun con el problema de la movilidad, Paseo de la Reforma es muy
atractiva turísticamente, además de ser el lugar más seguro en el DF según las
estadísticas de la SSP, ya que se reportan el menor número de robos, aun cuando
las delegaciones tienen un alto índice delictivo.