De todas las personas de la Ciudad, por serendípia
encontramos a una mujer de cabello chino y tez blanca; va en el metro con
audífonos puestos y leyendo a Alejandro Jodorowsky o alguna novela, está
absorta en lo que lee, de repente levanta unos ojos cafés que observan por unos
lentes los nombres de las estaciones.
Sale del subterráneo
en busca de su cafetería favorita, una de tantas sucursales de Los Jarochos,
pide un frapuchino, para pagarlo saca dinero de una colorida cartera, donde
guarda también su credencial de estudiante, Comunicación y Periodismo UNAM Fes
Aragón, ya está en quinto semestre, aunque muchos de sus amigos de la
secundaria ya se han graduado.
Con el café endulzado con azúcar moscabada, busca un claro
dentro de los Viveros de Coyoacan para continuar su lectura. Por sus oídos han
desfilado Presuntos Implicados, Beatles, Parlour Steps y tal vez alguna canción
a vos de Pavarotti, es friolenta así que busca el pleno rayo de sol.
Si el cielo la intriga tomará alguna fotografía, y cuando
haga alguna pausa en su lectura se dará cuenta que se habla en tercera persona
y ha venido describiendo uno de esos buenos días que se presentan cada que se
puede. Se dirá, en tono de regaño, Irais ya deja de pensar en tonterías, se
reirá y continuará la lectura.
Pues si por eso eres mi amiga
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